Aldeas flotantes y viaje fluvial a Battambang
El viaje por Indochina se va terminando y el tiempo escasea para detenerse demasiado en muchos lugares. De Siem Reap debía viajar a la capital de Camboya, Phnom Penh y para ello pensé en descender navegando el lago Tonle Sap. Después de preguntar mucho los lugareños me desaconsejaron hacerlo porque sería una jornada navegando sin ver las orillas del lago, por su gran anchura. Descubrí que, en vez, podía ir a Battambang, una ciudad histórica (época colonial) a orillas de un río pequeño y navegable (en temporada de lluvias) donde la vida transcurro tranquilamente y hay pocos turistas.
Sin dudarlo mucho me compré un billete y zarpé junto con un montón de viajeros, casi todo tipo ‘mochilero’. El barco era todo menos cómodo, con un motor renqueante y ruidoso y solo las primeras 3 horas pudimos disfrutar de vistas naturales únicas y los famosos poblados flotantes… era el primer tramo del río con abundante agua …. pero
… lo que menos nos esperábamos era que el caudal del río hubiera bajado tanto que la mitad del pasaje nos vimos obligados a bajar a medio camino y a esperar un pick-up de un transportista local que, como animales, nos llevó por caminos de tierra atravesando campos de cultivo a Battambang…… NUNCA MÁS.
Fueron unas horas horribles, y lo digo yo que estoy acostumbrada a viajar en pick-up en carreteras secundarias de Guatemala ….
Peligro de minas
Junto con Laos, Camboya es uno de los territorios más minados del mundo.Según las estimaciones, en el país hay entre 4 y 10 millones de minas terrestres activadas. Las bombas lanzadas por EE.UU. a finales de la década de los ’60 y principios de los ’70 son permanente peligro. Dada la creciente demanda de chatarra por parte de los chinos, los jemeres empobrecidos e incultos a menudos corren riesgos innecesarios y excavan explosivos hallados en los campos de labranza para ganarse unos dólares.
Se estima que unos 40.ooo jemeres, entre adultos y niños viven con miembros amputados siendo una carga imposible para sus humildes familias. Es en esta zona noroeste donde han ocurridos más accidentes porque fue la zona donde, por último, se refugiaron aquellos asesinos. Es por eso porque en Battambang, capital del distrito, se estableció un jesuita asturiano que fundó el centro Arrupe y ha desarrollado una gran labor para inserir en la sociedad a estas víctimas. Había leído mucho sobre el padre Enrique (Kike) Figaredo, actualmente Prefecto Apostólico de la diócesis de Battambang y Presidente de Cáritas Camboya.