On the road to Mandalay
Aunque hubieramos querido viajar en barco desde Yangon, los cruceros de lujo que hacen ese trayecto son innnnn… alcanzables para nuestros bolsillos, asi que decidimos volar…
Otro vuelo corto y agradable con una compania malaya. Otra experiencia mas de amabilidad y fiabilidad.
En este vuelo Louise se olvido un cinturon en el bolso del asiento y llegaron corriendo a devolverlo cuando estabamos esperando las maletas. Como supieron que era nuestro?
Mandalay toma su nombre de la vecina colina que ofrece unas puestas de sol inolvidabes, fue la capital de Myanmar hasta la llegada de los Británicos y aún sigue siendo la capital cultural del país. La importacia actual de Mandalay, la más genuina y auténtica de las grandes ciudades birmanas, viene dada por el hecho de que la inmensa mayoría de los monjes, la clase más respetada del país, se concentran aquí.
La ciudad creció alrededor del Fuerte, un recinto amurallado de dos kilómetros de lado, defendido en todo su perímetro por un foso de agua de setenta metros de ancho y tres de profundidad. En el interior se encuentra el Palacio Real y poco mas. Son tan ingentes las dimensiones de este recinto que lo mejor es contemplarlo desde la colina. Pero para disfrutar de una puesta de sol incomparable y evocadora hay que viajar unos 11 kms al sur (U-Bein Amarapura) y caminar por un destartalado puente de madera sobre una marisma tranquila. Fue un momento inolvidable.

Hicieron falta 1.060 troncos para erigir el puente de madera más largo del mundo. Levantado hace 150 años con el fin de unir la pagoda de Kyauktawgyi y la aldea de Taungthaman con la ciudad de Amarapura, cercana a Mandalay, contemplarlo mientras se pone el sol es un espectáculo fantasmagórico. Las aguas del lago Taungthaman se vuelven azul marino, el cielo se engalana de rosa y el sol pasa de amarillo naranja a rojo reventón, haciendo de los monjes que lo cruzan, la gente en bicicleta y las mujeres con canastos en la cabeza sombras chinescas que representan un papel tan real como esa vida que les lleva a cruzar el puente cads día mientras los turistas, apostados en las barcas, les contemplan atónitos.
Aunque relativamente moderna, Manadalay acumula un número notable de Payas y templos de cierta bellaza, algunos verdaderamente singulares. Al más antiguo nos llevo un ex-maestro (ya mayor) que fue expulsado del magisterio por haber hecho bromas del gobierno hace ya anos. Muy divertido contandonos chistes durante el recorrido. El mejor chiste: «un hombre de negocios birmano decide comprar un cerebro de alguien importante y su amigo le recomienda que sea de un presidente de gobierno. Va primero a Tailandia y el primer ministro le pide 5.000$. Mejor no, y se va. Despues a China y el presidente el pide 7.000$. Piensa que mejor no y se va. Despues a EE.UU. y el presidente le pide 8.000$ por su cerebro. Piensa que mejor no y se va. Decide preguntar al primer ministro birmano, y este le pide 10.000$. El hombre de negocios se lo compra, y ante la sorpresa de su amigo por haber comprado el mas caro, este le responde ‘porque esta casi nuevo, raramente usado’…»
Lo mejor de nuestra estancia fue el hotel que disfrutamos los 3 primeros dias (Bagan King) y el del ultimo dia (Home Hotel). Las free Happy Hour y las cenas en la azotea del Bagan King fueron deliciosas a pesar de los adornos navidenos sin duda en honor a los extranjeros.
El rio Ayeyarwady (Irawady) es la mejor carretera que une Yangoon con Bagan y Mandalay. Hay trafico fluvial de todo tipo y nos sorprendio ver tantas barcazas transportando materiales pesado de construccion. Quizas sea la via mas comoda y economica.
Ante la imposibilidad de «incluirnos» en un crucero de semi-lujo ;), decidimos tomar una especie de barcaza/ferry que zarpa de Mandalay alas 5.30 de la manana y permite una jordada de dolce far niente ideal para recuperar fuerzas, dormir y leer. Asi pues nuestro plan era dedicar esta jornada y la del regreso (4 dias despues) a esos menesteres. Resulto ser un viaje muy agradable (el tiempo era perfecto) y el plato de arroz o noodles con pollo y verduras -como almuerzo- nos supo a gloria.
A las 4.30 de la tarde llegabamos a Bagan, destino sognado lleno de embrujo en el que pasariamos momentos estupendos.